Limpieza de chimeneas

¿Por qué se ensucia la chimenea?

Limpieza de chimeneas

La combustión de una materia, sea sólida (leña, carbón, pellets), líquida (hidrocarburos, gasóleo) o gaseosa (butano, propano, etc.), genera suciedad y residuos tanto en el aparato de calefacción como en el conducto de evacuación de humos.

Las diferentes suciedades que se pueden acumular son:

Los hollines: Ricos en carbono y fácilmente inflamables. Estos residuos NO quemados, transportados por el humo, se acumulan en las superficies de intercambio y en la chimenea.

Los alquitranes y vitrificados: Estos residuos combustibles y obstructores, originan con frecuencia incendios en las chimeneas. Se crean por la combustión de productos sólidos (leña, carbón), pero también del gasóleo cuando el quemador de la caldera se des-regula.

Los sulfatos : Estos residuos no combustibles, generados principalmente por los gasóleos, se depositan en placas sobre las paredes del intercambiador, reducen el intercambio calórico, y se transforman en ácido sulfúrico, muy corrosivo en presencia de humedad.

Beneficios de un adecuado mantenimiento

Beneficio del mantenimiento

Disfruta tu chimenea

Una instalación, adecuadamente mantenida, contribuirá a mejorar la calidad del aire que respiramos.

Para evitar incendios: el deshollinar y quitar los vitrificados evita la acumulación de depósitos que puedan inflamarse en la chimenea y propagar el fuego a la vivienda.

Para evitar las intoxicaciones: en un conducto demasiado sucio u obstruido, los gases de combustión no pueden evacuarse correctamente, y se puede producir una mala combustión que suponga un peligro para la salud. En una mala combustión el monóxido de carbono (CO), gas incoloro e inodoro, que resulta de un proceso de combustión incompleto puede convertirse en un peligro si no mantenemos nuestras instalaciones en buenas condiciones de mantenimiento y limpieza.

Para ahorrar: un conducto sucio perjudica el funcionamiento de una instalación y disminuye su vida útil. En una caldera sucia, la pérdida de rendimiento es del 7% al 8% por cada milímetro de depósito.

¿Cómo se deshollina?

No ensucia

No se ensucia

Por la parte inferior: por el hogar de la chimenea, con unos erizos de acero o PVC con un mango con secciones de material flexible que permiten pasar por los codos que pueden encontrarse en el conducto. Un aspirador, conectado a un captador en la chimenea, recoge el hollín que va cayendo. Éste es el método básico más utilizado en la actualidad.

Por la parte superior: desde el tejado, con erizos de acero o PVC en las que se sujeta una cuerda por un lado y un contra peso por el otro. En la parte inferior se sitúa un aspirador, concebido para la aspiración de hollín, conectado a un captador que recoge el hollín que va cayendo. Este método es el más antiguo y el usado tradicionalmente por los deshollinadores, aunque tiende a desaparecer por los riesgos de seguridad y las dificultades que conlleva subir a un tejado.

Deshollinado con FLEXO: se lleva a cabo con erizos de acero o PVC enroscados a una sola caña flexible de 20 ml enrollada sobre una rueda. Al desenrollarse penetra en el conducto con gran facilidad, reduciendo el esfuerzo de empuje. De esta forma, se consigue reducir el tiempo necesario para la operación de limpieza.

¿Cada cuánto tiempo hay que limpiar la chimenea?

Lo ideal es limpiar la chimenea una vez al año y utilizar productos químicos de mantenimiento en la temporada de uso. Si el uso que damos a nuestra chimenea es esporádico, en fines de semana y periodos de mucho frió, una vez cada dos inviernos será suficiente, pero extender más los periodos de limpieza de una chimenea, no es bueno, ni para nuestra seguridad ni para el medio ambiente.

 

 

 

 

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